La igualdad entre mujeres y hombres es un principio universal, presente en nuestra sociedad y respaldado por diversos organismos tanto nacionales como internacionales. Sin embargo, este principio en la práctica, presenta dificultades para ser aplicado, ya que históricamente ha existido una relación jerárquica entre géneros, proponiendo a lo masculino por sobre lo femenino, provocando discriminación, aislamiento y otra serie de consecuencias graves para las afectadas. De hecho, estos efectos llegan a ser tan profundos y complejos, que no solo afectan a lo femenino como colectivo, sino también a la mujer como individuo, deformando su autoconcepto y naturalizando esta discriminación a nivel estructural. A este problema, se le denomina violencia de género.
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