El cierre del año escolar y comienzo de las vacaciones puede ser un periodo muy estresante, tanto para los niños y niñas como para sus padres y apoderados. En nuestro país, el término de año escolar coincide además con el final de año y las fiestas, lo que agrega una carga adicional de nerviosismo y cansancio.

Terminar bien el colegio, sacar buenas notas y pasar de curso, puede ser una carga pesada para los niños y jóvenes, si es que apoderados y profesores no los guiamos y ayudamos a entender que las notas son sólo un elemento de evaluación que no define quiénes son ellos y sus habilidades. Felicitar y destacar sus logros y procesos logrados durante el año escolar es parte importante de su proceso educativo, especialmente para darles un cierre previo a las vacaciones que los dejen motivados e interesados en lograr aún más avances en el siguiente curso.

Estrategias para ayudarlos a terminar el año con ánimo

Aunque a veces no se note, los estudiantes saben que los exámenes son importantes. Como padres y apoderados es importante apoyarlos sin presionar. Lo ideal es mantener una actitud positiva y optimista ante sus logros que permita a niños y jóvenes disfrutar del proceso de aprendizaje más que enfocarse solamente en la meta de los exámenes finales.

Mantener un orden y ser metódico en el estudio es esencial para lograr buenos resultados. Acompañarlos y escucharlos repasar las materias o a guiarlos para realizar mapas conceptuales pueden ser buenas fórmulas para trabajar juntos la comprensión de los conceptos.

Además, es necesario que los padres ayuden a sus hijos a organizar sus tiempos de estudio sin dejar de lado espacios para divertirse y hacer deporte. Siempre debe haber un equilibrio que permita que no se sientan abrumados por el estudio. Esto, junto con ayudarlos a desarrollar buenos hábitos de sueño para que se este sea realmente un espacio de descanso reponedor.

¿Cómo enfrentar las vacaciones?

Las vacaciones son una instancia necesaria para el desarrollo de los estudiantes. No sólo nos permiten descansar mente y cuerpo, sino que también nos entregan tiempos de ocio que son claves para el aprendizaje ya que son un buen espacio para desarrollar la creatividad y la imaginación. Así, las vacaciones pueden verse como una gran oportunidad para seguir aprendiendo y avanzando.

Lo anterior no significa que haya que programar todas las vacaciones con panoramas y actividades y tareas escolares. Porque eso se puede traducir en estrés y carga para los adultos a cargo. Es positivo dar espacio para el aburrimiento. ¿Por qué? Porque que los niños se aburran es algo bueno:

• Fomenta su creatividad, al hacerlos usar sus propios recursos e imaginación para superar el momento de aburrimiento. De acuerdo a Carmen Crespo, docente del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP), el tener que resolver por sí mismos qué hacer y cómo entretenerse ”hará que sean más flexibles cognitivamente, más tolerantes, más creativos, y por tanto más resolutivos”.
• Permite que surjan las mejores ideas, al dar libertad al pensamiento y no imponer reglas, el niño puede inventar los proyectos que mejor resuelvan lo que realmente quiere y le interesa.
• Desarrolla la autonomía: los niños y niñas de manera natural tienden a la entretención y el aprendizaje, darles el espacio libre sin programación permite que ellos lleguen por sí mismos a descubrir y realizar las cosas que más los satisfacen y divierten, permitiéndole crecer en autoconocimiento y en su autonomía.

De todas maneras, el relajo que las vacaciones generan tanto en chicos como en grandes, es una buena oportunidad para pasar momentos lúdicos y entretenidos que permitan a los estudiantes a aproximarse al aprendizaje. Ir al cine, al zoológico, bibliotecas y museos, abrirán a los niños nuevos espacios fuera del aula, que harán el acercamiento a las materias más fluido y cercano.