Los derechos, en términos jurídicos, son normas de carácter general que se definen para dirigir una sociedad y que ayudan a resolver problemáticas en el área en que éstos aplican. Dentro de las normas de este tipo con mayor relevancia e impacto, están los Derechos Humanos, que rigen los principios básicos de cualquier persona en cualquier parte del mundo. En este contexto, y relacionados con las normas anteriormente mencionadas, nacen los Derechos de los Niños, pensados específicamente para este grupo tan importante y cuyo objetivo es velar por su desarrollo óptimo.
Por lo mismo, es tremendamente importante saber cuáles son los derechos de los niños y la relación de nuestro país con ellos: fueron aprobados por las Naciones Unidas en el año 1989, y Chile ratificó este convenio en 1990 (Unicef, 2014), lo que quiere decir que lo avalamos y nos comprometimos a cumplir con lo establecido en la convención.
Un poco de historia
Un hito importante que contribuyó a su conformación, fue que en el año 1948 se declararon los Derechos Humanos, los que reconocieron a la infancia al consignarse que "la maternidad y la infancia tienen derecho a una ayuda y a una protección especiales".
Desde ahí, fue necesario pensar en derechos que fueran particulares para niños y niñas, que los protegieran sin distinción alguna, independiente de su etnia, color, sexo, religión, origen nacional, étnico o social, entre otras.
Esto sucedió en el año 1959, cuando la ONU reconoce que niños, niñas y adolescentes son sujetos de derechos, de forma independiente de la maternidad. Esto permitió que en 1979, en el Año Internacional del Niño, con el apoyo de la Oficina Internacional Católica de la Infancia, muchos países pudiesen elaborar la documentación legal necesaria para sumarse a este reconocimiento de derechos de la infancia.
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10 años más tarde, el 20 de noviembre de 1989, con el apoyo de la Oficina Internacional Católica de la Infancia y de la Defensa de los Niños Internacional, la ONU aprueba de forma unánime la Convención de los Derechos de los Niños. Documento que luego de ser creado, ha sido ratificado por 193 países miembros de las Naciones Unidas al 2014, quedando pendientes su ratificación por Estados Unidos y Somalia al 2014.
Desde 1993, las Naciones Unidas vela por el correcto cumplimiento y ejecución en todos los países que la han ratificado, realizando monitoreos constantes y utilizando este conjunto de normas para darle visibilidad e importancia a los problemas que afectan a la infancia a nivel mundial.
¿Cuáles son los derechos de niños, niñas y adolescentes?
Para asegurar que los derechos no sean vulnerados y que puedan abarcar el bienestar integral de los niños y niñas, la convención se basó en 4 principios fundamentales: La no discriminación, El interés superior del niño, Su supervivencia, desarrollo y protección, y Participación en las decisiones que les afecten.
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Debido a que la convención cuenta con 54 artículos, fue necesario resumirlos en 10 derechos principales que resumen toda la declaración.
- Derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión o nacionalidad.
- Derecho a una protección especial para que puedan crecer física, mental y socialmente sanos y libres.
- Derecho a tener un nombre y una nacionalidad.
- Derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuadas.
- Derecho a educación y atenciones especiales para los niños y niñas con discapacidad.
- Derecho a comprensión y amor por parte de las familias y de la sociedad.
- Derecho a una educación gratuita y derecho a divertirse y jugar.
- Derecho a atención y ayuda preferentes en caso de peligro.
- Derecho a ser protegido contra el abandono y trabajo infantil
- Derecho a recibir una educación que fomente la solidaridad, la amistad y la justicia entre todo el mundo.
Es necesario que como adultos y adultas tengamos nociones sobre estos derechos, ya que nuestro deber es lograr que se cumplan en su totalidad y no ser sólo testigos frente a las vulneraciones que vemos cada día.
Otro punto importante es que al hablar de derechos, se siente la necesidad de plantear los deberes, sin embargo, es importante tener en cuenta que un derecho jamás va a incluir un deber, es decir, un niño o niñas, al no hacer las tareas por ejemplo, no se le puede negar por ningún motivo el derecho a la educación.
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En Chile, aún se siguen viendo situaciones en donde se vulneran, por ejemplo, el acceso a una salud y educación de calidad, está determinada por los ingresos económicos, por lo que deja de ser un derecho, pasando a ser un privilegio de solo algunos. Nuestro país tampoco cuenta con una Ley Integral de Protección de la Infancia.
El Observatorio Nacional de los Derechos de la Niñez de 2017, mostró una preocupante cifra, que el 71% de los niños y niñas ha sido víctima de algún tipo de violencia, es decir a un alto porcentaje de la infancia en Chile (casi tres cuartas partes), le han sido vulnerados sus derechos.
La situación se vuelve más grave su consideramos las cifras que presentamos en nuestro estudio "Modelos Culturales de Crianza en Chile", donde el 50% de niños y niñas de nuestro país vive en un hogar cuya forma de criar se basa en el castigo y la violencia, aumentando la probabilidad de que cuando ese niño se convierta en adulto, replique el espiral de violencia.
Por lo tanto, día a día es nuestro deber cuestionarnos qué estamos haciendo revertir esta situación y cómo estamos contribuyendo para que todos los niños sigan siendo niños.