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DDHH y niñez: avanzando a una mayor representatividad

admin
viernes 3 de enero - 2020

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Cada 10 de diciembre se conmemora el Día de los Derechos Humanos, coincidente con la fecha en que la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos, en 1948. Se trata de un documento histórico que proclamó los derechos inalienables e inherentes a todos los seres humanos, sin importar su raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, propiedades, lugar de nacimiento, ni ninguna otra condición. Es el documento más traducido del mundo y está disponible en más de 500 idiomas.

Asimismo, en noviembre pasado se celebró en el mundo el trigésimo aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, en donde la propia ONU destacó el papel de liderazgo de niños, niñas y adolescentes en los movimientos colectivos como fuente de inspiración para un futuro mejor.

De hecho, bajo el alero del llamamiento genérico "Defender los Derechos Humanos", el objetivo es celebrar el potencial de la juventud como agentes constructivos del cambio, ampliar sus voces e involucrar a una amplia gama de audiencias globales en la promoción y protección de estos derechos.

En esta línea, es necesario que como país se trabaje, pero fundamentalmente se legisle para la promoción del reconocimiento de niños, niñas y adolescentes (NNA) como sujetos de derecho, es decir, se les considere como ciudadanos plenos, con derechos y obligaciones, y dejen de ser vistos solo como objeto de protección.

También resulta trascendente avanzar hacia una sociedad inclusiva e integradora, en la que se considere la heterogeneidad de sus componentes como algo enriquecedor y en la que todos sus integrantes, incluyendo niños y niñas, por cierto, sean por igual titulares de todo derecho, teniendo el Estado la obligación de adoptar las medidas necesarias para que el ejercicio de esos derechos pueda realizarse en condiciones de suficiencia e igualdad.

Sin ir más lejos, la Convención de los Derechos del Niño -ratificada por Chile en agosto de 1990- no proclama nuevos derechos para niños y niñas, sino que tienen los mismos derechos que las demás personas. La perspectiva de la Convención está enfocada hacia las obligaciones del Estado para garantizar que tales derechos puedan ser ejercidos por los NNA y respetados, tanto por estamentos estatales como personas naturales.

Para avanzar en el reconocimiento pleno de los Derechos Humanos de nuestra niñez, es primordial trabajar en garantizar espacios de representatividad para niños y niñas, para que sean reconocidos, escuchados y valorados, pues el mundo necesita que se reconozca el potencial de nuestros niñas y niños.