"La prueba moral de una sociedad es lo que hace por sus niños "
Este mes se cumplieron 59 años de la Declaración de los Derechos del Niño y 29 años desde que Naciones Unidas aprobó la Convención Sobre los Derechos del Niño (CIDN), uno de los instrumentos internacionales más ratificado portas naciones a nivel mundial y que, desde hace 28 años, nos comprometimos como Estado a cumplir y respetar.
Como todos los tratados sobre derechos humanos, el texto de la CIDN se fundamenta en tres grandes principios:
Un primer entendimiento sobre esto nos obliga a entenderlos como un sistema normativo prioritario a la hora de definir nuestras políticas, así como a comprender su importancia en su defensa y garantía ante otros derechos.
A estas nociones compartidas con el conjunto de tratados de derechos humanos, se le suman cuatro principios específicos de la CIDN:
Estos últimos son principios que no siempre son defendidos o implementados de buena manera. Puesto que muchas veces, consideraciones de orden presupuestario o la interpretación adultista o paternalista de la protección de la niñez nos hacen reinterpretar a nuestro acomodo su cumplimiento.
Es en este contexto que es clave enfatizar que Chile ratificó hace 28 años esta convención y aún no contamos con una Ley de Protección Integral o de Garantías de Derechos para la Infancia, y presentamos variados indicadores y estadísticas preocupantes sobre la situación de nuestras niñas y niños.
Según un estudio realizado por la UNICEF en el año 2015, el 71% de los niños y niñas de Chile sufre algún tipo de violencia en su vida; según CASEN realizada en 2017, el 49,7% de los niños y niñas ha presenciado o sido víctima de violencia en sus entornos; según el Estudio de Polivictimización del Ministerio del Interior realizado en 2017, el 65% de los niños y niñas entre 7° y 3° medio han sufrido alguna victimización en su entorno de vida.
Respecto de la situación de la salud mental infantil, UNICEF Chile (2012), señala que dos de cada cinco niños, niñas y adolescentes entre 4 y 18 años, presenta algún trastorno de salud mental y según cifras del Ministerio de Salud (2015), dadas a conocer a la Comisión Especial Investigadora sobre SENAME II, un 20,1% de los niños entre 5 y 19 años presenta problemas de salud mental, de los cuales el 77,7% no está cubierto por la oferta existente.
Por último, según los últimos datos, en 2016 cada dos días un niño, niña o adolescente se suicidaba en Chile.
En World Vision hemos avanzado en nuestro aporte con el Estudio Modelos Culturales de Crianza, castigo y ternura, Una Mirada desde las Niñas y Niños (2018), en donde detectamos que:
Estos datos nos interpelan y nos dan la certeza de que en nuestro país existe una minimización simbólica del maltrato físico como método de crianza.
Felizmente, también nos encontramos con datos esperanzadores. De esta manera pudimos conocer que:
Por todo lo anterior, World Vision a todos ciudadanos y ciudadanas de Chile, a participar de un cambio cultural para superar la violencia a través la promoción de la Crianza con Ternura.
El establecer relaciones de Crianza con Ternura rendirá frutos para el desarrollo de nuestro país; en: autoconfianza; salud mental de la población presente y futura; mejoras en el desempeño académico en todos los niveles educativos; énfasis en la resolución pacífica de conflictos; mayor capacidad para cultivar amistades y relaciones interpersonales (cercanas); mejores capacidades para ser buenos padres, mentores y cuidadores; y por supuesto, replicar un estilo de Crianza con Ternura para Chile.
Los invitamos a celebrar los derechos de los niños, y ponernos desafíos para los próximos 30 años, pero también a comprometernos a un desafío de largo plazo que permita erradicar toda violencia contra ellos, procurando un futuro en que los niños sigan siendo niños.