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Todo lo que debemos saber para ganarle al bullying

Escrito por World Vision Chile | martes 30 de junio - 2020

Como padres, madres, profesores o adultos que acompañan el desarrollo de niños, niñas y adolescentes, es nuestro deber estar atentos a situaciones que pongan en peligro su bienestar e integridad. 

Según a cifras entregadas por Injuv en 2017, el 61% de los jóvenes ha sido víctima de bullying al interior de su establecimiento educacional, números que podrían crecer si consideramos que sólo la mitad de quienes lo que ha sufrido se atreve a denunciar.

Si bien “Bullying” parece ser un término moderno, la verdad es que siempre ha sido una amenaza presente en la vida de nuestros niños y niñas, actualmente parece tener nuevas formas de desarrollarse, como el cyberbulling, por lo que es más importante estar alertas en la crianza de nuestros hijos.

 

¿Qué es el bullying?

El Bullying o acoso escolar entre pares es un fenómeno caracterizado por el acto deliberado de hacer daño a otro u otra, el cual es mayormente sostenido en el tiempo y se da en el marco de una relación marcada por la asimetría de poder. Pese a su relevancia, es complejo definirlo con exactitud, pues las dinámicas de violencia siempre mutan y varían de caso a caso. 

El término “Bullying” viene del vocablo inglés “bull” que significa toro. En este sentido, bullying es la actitud de actuar como un toro en el sentido de pasar por sobre otro u otros sin contemplaciones. Las traducciones más comunes del bullying al español son matonaje, acoso, hostigamiento.

Este fenómeno, que puede acarrear graves consecuencias tanto físicas como emocionales, se da en el marco de instituciones educativas, en el cual diversos actores tienen participación y responsabilidad por el origen, mantención y consecuencias del fenómeno.

De esta forma, existe la tríada del Bullying, en la cual se grafican tres participantes: quien hace bullying, quien sufre bullying y quien es testigo

Durante los últimos años se ha hecho visible el fenómeno de la violencia escolar en los medios de comunicación y en la opinión pública en general. Existe consenso de que la violencia es un problema que debe ser abordado por los establecimientos educacionales.

Sin embargo, esta sobreexposición del tema en los medios ha implicado que, por un lado, muchas situaciones sean interpretadas como violencia sin mayor reflexión sobre ellas, y por otro, que la atención de educadores y formadores se focalice en la problemática de la violencia por sobre una perspectiva de lo que se quiere desarrollar. Esto se ha concretizado en la noción de bullying, concepto de gran presencia mediática y, por lo mismo, de muy poca claridad sobre lo que significa.

El término bullying fue acuñado por Dan Olweus, investigador noruego que en la década del 70’ fue encargado por el gobierno de su país para hacer frente a un aumento explosivo de casos de violencia escolar (el trabajo de Olweus ha sido replicado en diversos países con resultados dispares). 

Si bien al conocer las raíces del concepto de bullying resulta evidente que éste refiere a un tipo especial de dinámicas interpersonales al interior de la escuela, es común que cualquier situación de violencia y/o agresión sea calificada como bullying.

El abuso implica la imposición de uno o más individuos sobre otro u otros en base al poder, en donde se establece una relación de asimetría. Como su nombre lo indica, en el abuso no puede haber equilibrio entre ambas partes, ya que una tiene y ejerce poder sobre la otra, independientemente de la forma en que este poder se exprese (físico, social, emocional o psicológico).

Esto es de suma importancia, pues en muchas ocasiones los adultos se enfrentan a situaciones de violencia escolar como si estas fueran un conflicto mal resuelto, y consecuentemente potencian estrategias de resolución tales como la mediación.

Sin embargo, frente a casos de abuso la mediación no tiene sentido y puede incluso ser contraproducente, ya que en estos casos no hay conflicto, sino más bien una parte imponiendo su fuerza sobre la otra, que participa pasivamente de la situación.

 

¿Qué hacer frente al bullying?

Existe evidencia que muestra que las intervenciones más efectivas para hacer frente al bullying son aquellas que se focalizan en la prevención de la violencia, y más aún en la promoción de una convivencia positiva y una cultura escolar del buen trato y el respeto. 

No obstante, generalmente las instituciones escolares buscan desarrollar estrategias para abordar el bullying una vez que éste ya está presente en la institución; así, se constituyen en medidas reactivas, más que proactivas. 

Esto es especialmente relevante al considerar los antecedentes antes mencionados que dan cuenta de la complejidad del fenómeno; por lo mismo, no existe una única intervención frente al bullying que haya demostrado efectividad en todos los contextos.

Esto supone que cada institución escolar debe identificar aquellas estrategias que sean consistentes con su propuesta educativa. Algunos principios a considerar son:

 

I. Intervenciones globales e integrales


Las estrategias para abordar el bullying debieran ser parte de una estrategia mayor para favorecer relaciones positivas en el contexto escolar, y no exclusivas a situaciones puntuales de violencia.

II. Intervenciones duraderas


Como objetivo final se espera que las estrategias desarrolladas se institucionalicen. Para que ello ocurra es importante que la intervención se sostenga en el tiempo y cuente con espacios reales dentro de la cultura institucional.

 

III. Involucrar a  toda la comunidad educativa


El éxito de una intervención depende en gran medida del grado de validación y adhesión al interior de la institución. En este sentido, el esfuerzo invertido por la institución y por el equipo de gestión es de gran relevancia, tanto en términos de motivación, participación y recursos.

De manera transversal, considerar siempre los buenos tratos a la infancia, ya sea dentro o fuera de los establecimientos educacionales; esa tarea la tenemos todos y todas. 

Conclusión

Frente a una situación de “Bullying” es importante tomar acción lo antes posible, para así no ser parte del problema. Establecer relaciones de confianza con nuestros niños y niñas, así como abrir espacios de comunicación, es fundamental para que acudan a ti en caso de sentir miedo o inseguridad. 

Las consecuencias del “Bullying” pueden llegar a ser muy peligrosas, por lo que es ideal intervenir lo antes posible, también es importante ver la posibilidad de involucrar a la comunidad escolar donde participen los niños y niñas involucrados, siempre con precaución, para no causar un mayor riesgo de la situación.