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Violencia de género y autoestima: Una mejora necesaria de cara a la igualdad

admin
miércoles 10 de abril - 2019

24 Miércoles 2F Quiérete - Javiera

La violencia de género es definida como cualquier acto perjudicial incurrido en contra de la voluntad de una persona, y está basado en diferencias de género socialmente adjudicadas entre mujeres y hombres. La naturaleza y el alcance de los distintos tipos de violencia de género varían entre las culturas, países y regiones (acorde a ONU, 2019).

Otras definiciones incluyen la asimetría de poder que se establece en las relaciones entre hombres y mujeres, las que tienen como fin la dominación masculina (según Koss, 1994 en Santandreu, Torrents, Roquero e Iborra, 2014).

De esta manera, podemos decir que la violencia de género puede producirse en cualquier ámbito de la vida cotidiana y, aunque suele ser más frecuente en las relaciones familiares y de pareja, también puede manifestarse en otros espacios, como el ámbito laboral o el escolar (como establecen Águila, Hernández y Hernández, 2016).

En el Convenio de Estambul (2011), se establece un problema que también es latente, y se presenta como “la naturaleza estructural de la violencia contra la mujer como violencia de género”. Con esto, podemos notar que la forma en que las sociedades, culturalmente, y el establecimiento de las leyes, legislativamente, influyen, en mayor o menor medida, a que la violencia de género sea una de las manifestaciones más palpables de la desigualdad social.

La asimetría de poder, que genera una clara pérdida del empoderamiento de las mujeres tanto en la escena pública como privada; las brechas salariales, donde en Chile las mujeres ganan en promedio un 31% menos que los hombres (OCDE, 2015); sumado a que en Chile 1 de cada 3 mujeres sufre algún tipo de violencia (OCDE, 2015), nos explican dicha desigualdad y se refleja un escenario preocupante no solo a nivel local, sino que también a nivel mundial. Esto es sin duda un factor que impide que un país se desarrolle y avance hacia la igualdad social.

Fortalecimiento de la autoestima hacia la equidad

Cuando hablamos de autoestima, la entendemos como una evaluación propia del yo, sea positiva o negativa. Morris Rosenberg hablaba de la autoestima personal como los sentimientos de valor propio y de respeto hacia uno mismo. Eso ocurre en el plano de cada individuo y permite ser una base hacia el autoestima colectiva, donde la participación y la inclusión con el resto de la sociedad se hacen tan relevantes como la auto-percepción. Ambas contribuyen a definiciones más amplias de uno mismo que tienen que ver con el auto-concepto, es decir, las opiniones o percepciones, propias o colectivas, que existen sobre una persona.

Es muy difícil llegar a pensar que una mujer con un bajo auto-concepto de sí misma, o con una baja autoestima, pueda llegar a tomar una posición de respeto ante la sociedad y sobre todo ante el machismo imperante. Una mujer elige quererse a sí misma lo suficiente para poder llegar a entender cuándo sus derechos están siendo vulnerados, y, sobre todo, saber enfrentar y denunciar, pero también debe haber una sociedad que contribuya a esta auto aceptación.

Una sociedad que apunta hacia la igualdad de género contribuye positivamente en la autoestima colectiva de las mujeres, y son, a la vez, las mismas mujeres las principales promotoras del respeto hacia ellas como personas, y hacia sus derechos.

Es por esta razón que World Vision ha desarrollado el proyecto “¡Quiérete! Unidos contra la violencia de género”, programa que busca mejorar la autoestima para niñas y adolescentes y que cuenta con el financiamiento de la Unión Europea, apuntando a crear equidad desde las más tempranas edades, construyendo una autoestima fuerte desde la niñez y por ende, contando así con más herramientas de cara a la adultez para enfrentar diversas situaciones de injusticia o desigualdad.

Union Europea

A su vez, con niños y adolescentes se trabaja en la formación vivencial sobre nuevas masculinidades, algo básico para entender que no deben existir estereotipos de género y que también debe haber respeto para las niñas y mujeres.

Este programa, de duración de dos años, a la vez instala capacidades en la comunidad escolar, especialmente en profesores de decenas de escuelas, para que así las enseñanzas sobre equidad de género y respeto sigan promoviéndose una vez terminado el proyecto.

Es de suma relevancia terminar con la violencia de género desde un empoderamiento y entendimiento a temprana edad respecto a quienes somos y a que no hay diferencias entre hombres y mujeres cuando de derechos humanos se trata.